10.1.06

Vainas de mi campo...

Esta foto fue tomada hace algunos 15 o 16 años, en ella aparecen mi mama (la gordita con el frasco de vainilla), mi abuela y detrás de ella solo se puede ver parte de mi fallecido abuelo. En esta casa fue en donde tuve casi todas mis vivencias de niño, desde los 2 años hasta los 18 estuve bajo la tutela de mi adorada vieja, siempre fui el "atronao" de la familia y quizás por eso ellos pensaban que no podrían esperar mucho de mi, creo que por eso me confinaron tanto tiempo a la vida campuna. Mi abuelo era de tez negra y su carácter fuerte me causaba un poco de miedo, fue en sus últimos días de vida que comenzamos a crear lazos amistosos en los que incluso me miraba y sonreía... el siempre me defendía ante los comentarios de quienes me criticaban por mi forma de ser, no era raro que cuando alguien decía "Ese muchachito e' medio loco", él levantaba su mirada y respondía "Ese no e' loco na'... ese e' ma' inteligente que toito utede junto...", me hubiera gustado poner en sus manos los tantos logros que gracias a ese "atronamiento" hoy he logrado, lo que muchos catalogaban de locura no era mas que una desbordante creatividad que me mantenía con la mente en otro mundo... hoy esa es mi mayor fuente de ingresos y me ha dado un lugar en la sociedad... Gracias viejo por ver en mi lo que otros no pudieron, gracias donde quiera que estés!!!.
En esa galería de piso verde con una columna donde permaneció por muchos años el retrato del fallecido Dr. Balaguer (quien le diera esas tierras a mi abuelo) jugué y compartí cientos de veces con amigos que hoy son hombres de familia, algunos puros delincuentes, otros grandes empresarios y uno que otro se ha quedado rezagado en ese pequeño terruño de la provincia Duarte.
"La Reforma" como se conoce a ese paraje, se encuentra a unos cuantos kilómetros de Villa Rivas, un pueblecito muy conocido por los que viajan a "El Abanico de Nagua" y a "Arenoso", lugares donde se produce la mayor parte del arroz que se consume en nuestro país.
Mi abuelo era arrocero y con el viví muchas aventuras entre cacahuales y canales de riego, detrás de mi casa corre el caudaloso río Yuna, por lo que aprendí a nadar a una edad temprana... hoy por hoy me escogen como salvavidas cuando voy a alguna gira con los panas, la vida de campo fue muy hermosa... algo limitada, pero hermosa.
Hecho mucho de menos esa casita, hace casi 8 navidades que nadie me ve por esos lugares, espero volver algún día a disfrutar de los jugos y las comidas que solo las humildes manos de campesinos sin odio ni envidia pueden preparar para los viajantes que a veces NOS JARTAMOS de la mierda de esta capital.

4 comentarios:

Atrum dijo...

ayyy..eso es cierto en el campo la vida es tan trankila :)

Cerebro dijo...

creo que el campo es un desahogo de esta vida, lo mejor es volver aunque sea un dia a revivir esas raices.

Haymet dijo...

Adoro el campo , adoro Jarabacoa ( mi campo preferido despues de Puerto Plata ( ay si me escuchan mis amigos que no es campo que es ciudad) es tranquilo, todo el mundo se conoce , hace el mejor frio del mundo y pa que sepan ultimamente tiene unos bares de lo ma cool ,

El friito de montana rico y sin equivalente,

Anónimo dijo...

Mi jente es tan vello ser del campo jarabacoa las sanimas o las cabirmas mis mejores momento lo pase en esa vella tierra que al escribir esta pequenas atmosferas me intretesen demaciado,hasta los 8 anos vivi en el campo y no cambio esos ocho anos por nada en el mundo.